domingo, junio 21, 2009

Fotos, dias y cosas XIII

Lunes 15 de junio de 2009, Mariana Bianchini en FCE 2009, 6 de la tarde.

Yo no puedo explicar bien que me pasa con la música. No se si es porque no soy bueno para eso, o porque lo que me pasa a mi es extraño. Cuando las luces se apagan, o se enciende el equipo, a mi me invade algo terrible que nadie va a creer: Una araña inmensa me abraza el corazón.

Siento esto porque me deja de latir para entrar en un extraño ritmo que le imprimen los abrazos de la araña, un infle y desinfle lento, casi como respirar. Un ir y venir pendular de mi cabeza y el corazón, que se conectan de a ratitos ínfimos, microsegundos que siento por la carga sensitiva de cada uno.

Pero la araña que sigue abrazada ahí. La música que empieza y una tela que se teje de lado a lado en los pulmones, arriba llueve y la araña aferrada al organo como si fuera lo ultimo que tiene, como si no tuviera otro lugar donde ir. Me mira y yo no la veo, no por malo, sino porque cuando la música empieza no puedo ver NADA.

Marianita es un ejemplo de eso. Es la niña dorada y eterna que se sube al escenario y agarra el micrófono como un chupetín. Y el recital entero, y la muestra entera, es un relamerse de placer, es ver a la nena disfrutar de lo dulce y volverse chico otra vez, hacer un barco con una hoja o una nuez, saltar en una cama elastica o dibujar una casa con una fibra con la punta rota de tanto apretar.

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