viernes, mayo 29, 2009

Fotos, dias y cosas XI

7 de enero de 2009, 5 menos cuarto de la tarde. Camino a las leñas, Mendoza

No todos los caminos llevan a roma, o no por lo menos, todos los que quiero caminar yo. Los que por ahora encontré, camine y volví fueron a las nubes, a las sombras, a la tierra, a las aguas, a los vientos, a las ruinas, a los sueños, a los días, a los soles, a los pueblos, a los micros, a las fronteras o a las montañas. Pero nunca a roma. Roma es esa especie de lugar al que todos van, al que todos terminan por llegar resignados. Es ese camino que se camina cabizbajo, resignado, perenne y otoñal.
Por que será que los caminos desolados son tan pero tan lindos? Yo me hago esta pregunta porque cada vez que me sumerjo en las líneas de algunos de ellos me dan ganas de acostarme a sentir el silencio, a apoyar la oreja sobre el pavimento o la piedra y escuchar por fin una vez, a ver que opina la vieja madre tierra de todo este desenfreno.
Mi camino no es otra cosa que mis pasos, sucedidos uno tras otro, infinitamente. Ojala nada me prive nunca de viajar, de confiar y de soñar.

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